El 21 de octubre de ese año, el Villarreal disputó el primer partido de su historia, jugando contra el Castellón. La ida en el Estadio de la Cerámica sorprendió con un marcador de 1-0. En la vuelta en el Allianz Arena, el equipo alemán anota un tanto poniendo las tablas en el marcador global, pero el Villarreal consigue superar al Bayern marcando en el minuto 88′, colocando el marcador global en 1-2 a favor del submarino amarillo y colándose en las semifinales de la Champions por segunda vez en su historia.