La Copa Mundial se había convertido en muy poco tiempo en un gran acontecimiento que recibía las miradas de todo el mundo, por lo que el caudillo fascista usó el torneo para la exaltación del nacionalismo, buscando publicitar el poder italiano con una victoria en la competición. La bahía no era el asentamiento permanente de su tribu si no que era una parte de su territorio y en esas fechas se encontraban allí en una estancia temporal para evitar su ocupación por tribus rivales.