No se pudo hacer frente a dicho pago al no haber vendido la Fundación las acciones en su poder, y al no disponer de otros medios de financiación en los casi 4 años de tiempo que tuvieron para encontrarlos. El enfado en el seno del club fue mayúsculo porque en las reuniones el técnico Nuno supuestamente habría aceptado el fichaje de Giannelli Imbula, futbolista en el que la dirección deportiva de Rufete llevaba casi un año trabajando y que ya tenía prácticamente cerrado, pero a los pocos días prefirió la opción que le propuso su representante y amigo, Jorge Mendes, mientras el máximo accionista daba luz verde a la operación.