Aún sucedió otro incidente, unos días después, por indisciplina de un miembro de la tripulación. A ellos, además de a los marineros de más edad y a los cocineros, se les prescribe todos los días una dosis de wort que no dejarían de tomar hasta llegar a Tierra del Fuego. A medida que avanzaban hacia el sur, se preparó al barco y a la tripulación para un previsible empeoramiento del tiempo y descenso de la temperatura.