Explicó a los maoríes que venían en son de paz y que tan solo pretendía cambiar hierro por comida y agua. Fue destituido en la 1954-1955 a pesar de que su equipo fuera líder. Sin embargo, según palabras textuales del entonces presidente Ramón Mendoza, «el equipo no jugaba bien». Según normativa UEFA, cada club solo puede tener en plantilla un máximo de tres jugadores extracomunitarios. Esta en concreto es legendaria porque la llevaron sobre sus hombros algunos de los mejores jugadores de todos los tiempos o, mejor dicho, el mejor equipo de siempre.